Thursday, March 4, 2010

En el año de sequía no se marchitará

Primera Lectura (Lectio Divina)
Jeremías 17, 5-10
Esto dice el Señor:
"Maldito el hombre que confía en el hombre,
que en él pone su fuerza
y aparta del Señor su corazón.
Será como un cardo en la estepa,
que no disfruta del agua cuando llueve;
vivirá en la aridez del desierto,
en una tierra salobre e inhabitable.

Bendito el hombre que confía en el Señor
y en él pone su esperanza.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que hunde en la corriente sus raíces;
cuando llegue el calor, no lo sentirá
y sus hojas se conservarán siempre verdes;
en año de sequía no se marchitará
ni dejará de dar frutos.

El corazón del hombre
es la cosa más traicionera y difícil de curar.
¿Quién lo podrá entender?
Yo, el Señor, sondeo la mente
y penetro el corazón,
para dar a cada uno según sus acciones,
según el fruto de sus obras"


Capítulo 1: Salmo 1




Los dos caminos

1 ¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
2 sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!

3 Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

4 No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.

5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
6 porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.

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